Lecturas Martes de la XVII Semana del Tiempo ordinario Ciclo B

Memoria Opcional de San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia

Primera lectura
Jer 14, 17-22

Que mis ojos lloren sin cesar de día y de noche, porque la capital de mi pueblo está afligida por un gran desastre, por una herida gravísima.
Si salgo al campo, encuentro gente muerta por la espada; si entro en la ciudad, hallo gente que se muere de hambre.
Hasta los profetas y los sacerdotes andan errantes por el país y no saben qué hacer.

¿Acaso has rechazado, Señor, a Judá? ¿O te has cansado ya de Sión? ¿Por qué nos has herido tan gravemente, que ya no tenemos remedio?
Esperábamos tranquilidad y sólo hay perturbación; esperábamos la curación y sólo encontramos miedo.

Reconocemos, Señor, nuestras maldades y las culpas de nuestros padres; hemos pecado contra ti.
Por ser tú quien eres, no nos rechaces; no deshonres el trono de tu gloria.
Acuérdate, Señor, de tu alianza con nosotros y no la quebrantes.
¿Acaso los ídolos de los paganos pueden hacer llover? ¿Acaso los cielos, por sí solos, pueden darnos la lluvia? Tú solo, Señor y Dios nuestro, haces todas estas cosas, por eso en ti tenemos puesta nuestra esperanza.

Salmo Responsorial
Salmo 78, 8. 9. 11 y 13
R. (9bc) Socórrenos, Señor, y te alabaremos.


No recuerdes, Señor, contra nosotros,
las culpas de nuestros padres.
Que tu amor venga pronto a socorrernos,
porque estamos totalmente abatidos.
R. Socórrenos, Señor, y te alabaremos.

Para que sepan quién eres,
socórrenos, Dios y salvador nuestro. Por el honor de tu nombre,
sálvanos y perdona nuestros pecados.
R. Socórrenos, Señor, y te alabaremos.

Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo;
con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte.
Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre
y de generación en generación te alabaremos.
R. Socórrenos, Señor, y te alabaremos.

Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.

La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo;
todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
R. Aleluya

Evangelio
Mt 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".

Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga''
.

Comentario al Evangelio

Queridos Hermanos:
La parábola de la cizaña es conocida solamente por el primer evangelista, que él cambia de género literario, transformándola en una alegoría perfecta; cada pequeño detalle de la narración tiene un simbolismo. Tal vez Mateo ya no cuenta con un fin del mundo inminente, como sucede a otros autores del NT, pues él escribe cuando ya ha tenido lugar la destrucción del templo y de la ciudad santa y, sin embargo, no ha llegado el final que, años antes, se esperaba. Pero él sabe que Dios ejerce permanentemente un juicio sobre el mundo, en el cual encuentra metal noble y también ganga, o, en el presente caso, trigo limpio y cizaña venenosa. 

El evangelista hace probablemente una doble aplicación: es cizaña el judaísmo que no ha aceptado el mensaje cristiano e incluso persigue a la Iglesia (“toda planta que mi Padre no plantó”: Mt 15,13), y es cizaña el sector de Iglesia que no vive de acuerdo a la fe que ha abrazado (“¿cómo estás aquí sin vestido de fiesta?”: Mt 22,12).

Indudablemente, ni Jesús ni el evangelista desean tener a la comunidad de creyentes permanentemente atemorizada por el juicio venidero o “la siega realizada por los ángeles”; pero sí quieren que viva con los ojos abiertos, consciente de que no todo lo que la rodea es pan vendito, que el poder del mal o de la “contaminación” (llámesele “diablo” o de otras maneras) la amenaza o acosa en todo momento; ella debe tener paciencia con su entorno y hacerse resistente al mismo “con la coraza de la fe y de la caridad” (1Tes 5,8). Así se convertirá en oro acrisolado, que brillará como el sol en el Reino de su Padre. La comunidad cristiana tiene una vocación sublime, un futuro o más allá indescriptible: “lo que ni el ojo vio ni el oído oyó ni subió a la imaginación humana” (1Co 2,9). Sería lamentable que, seducida por “falsos silogismos de colores” (Sor Juan I. de la Cruz), se viese privada del galardón final, galardón o resplandor futuro que debe poseer en forma proléptica ya en el presente, pues está llamada a brillar “como antorcha en medio del mundo” (Flp 2,15).

Cabalmente la interpelación del profeta Jeremías que hemos oído al principio va en la misma línea. Al pueblo de Israel se le ofrecía también trigo y cizaña, Yahvé o los ídolos paganos. En más de una ocasión se desvió o despistó, confundió con Dios lo que no lo era, pensando que un idolillo de los paganos circundantes sería capaz de enviar la lluvia. Cuando el trigo y la cizaña comienzan a crecer, son igual de bellos; y el labrador puede equivocarse al arrancar, Afortunadamente siempre es tiempo de rectificar: “Dios nuestro, esperamos solo en ti”.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.